Cosas pequeñas: Monigote en la arena, de Laura Devetach
Una piedrita, una brizna de pasto, una hormiga, un trocito de corteza de árbol, una semilla... lo que captura la atención de la infancia son esas cosas pequeñas, de las que sólo los niños están cerca. Minúsculos tesoros que se encuentran en la naturaleza.
Los cuentos de Monigote en la arena, de Laura Devetach, recientemente reeditado por Alfaguara, realizan una poética de lo pequeño. Un monigote dibujado sobre la arena, un granito de maíz, un garbanzo "peligroso", un caracol, son algunos de los personajes de estos cuentos que transcurren en escenarios en los que los seres de la naturaleza y lo humano son próximos, tanto en los ambientes naturales como en los urbanos.
Con un lenguaje altamente poético pero sencillo, marcado por repeticiones y estribillos, -a la manera de la poesía o de los cuentos folclóricos-, la narración adopta en algunos cuentos una estructura circular. Los protagonistas atraviesan peripecias en las que vencen el miedo -como el monigote que prefiere jugar con el viento y con las olas, aunque de esta manera se borre; como el elefante Guy, paralizado por el temor a "desaparecer"; o como Marina, que demuestra que la lluvia "es sólo agua" superando prejuicios de los adultos. Otros descubren o reconocen su identidad -como el caracol Bu, que cambia sucesivamente de casas hasta reasumir la suya propia.
Las cosas más pequeñas -como un grano de maíz, como un garbanzo- desencadenan una serie inesperada de reacciones en sus entornos, y por eso hasta un garbanzo puede ser "peligroso". O como una simple palabra, que se da, que se lanza al aire, que rebota y produce ecos, efectos incontrolables e imprevistos.
Un libro que celebra la libertad de jugar y el movimiento contra el temor que inmoviliza.
Juliana Accoce
Enlaces relacionados:
"Monigote en la arena" (cuento completo) en Imaginaria.
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